- Humano Real
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- Se habló encima.
Se habló encima.
Y se comió cuatro.
Antes del partido, Rafinha no se aguantó. Y Boqueó de más.
Dijo que iba a hacer un gol.
Que nos iba a cagar a palos.
Adentro y afuera de la cancha si era necesario.
Resultado:
Argentina 4 — Brasil 1
Y si hablaba un poquito más, le metíamos seis!
No lo digo por fútbol.
Lo digo porque esto pasa todos los días en la vida.
Hay una línea invisible entre intencionar y boquear.
Entre conectarte con lo que querés
y querer demostrarle al mundo que lo vas a lograr.
Cuando la energía va para afuera —para mostrar, para provocar, para gritar—
se dispersa. Se pierde.
Y muchas veces… se te vuelve en contra.
Pero cuando vas por lo tuyo en silencio, con foco, con verdad,
el Universo responde.
Y responde bien.
No hace falta pelearte con nadie.
Ni explicar.
Ni gritar lo que vas a hacer.
Hace falta alinearte, confiar y accionar.
Eso es lo que hace la diferencia.
Y si alguna vez te descubrís boqueando de más…
tranqui. Es una alarma que te avisa que te estás desconectando.
Volvé al centro. Volvé a lo tuyo.
Volvé a vos.
Ahí está la fuerza.
Abrazo de gol de Montiel en la final.
Bohurak.