No sos un árbol.

Sino te gusta, movete.

Arranco con esto:

Hay algo peor que estar mal: estar mal y no hacer nada.

Hace poco me crucé con alguien que me dijo con orgullo:

— Yo soy así.

Como si fuese una virtud quedarse igual por décadas.

Y lo pensé:

Sí. Sos así.

Pero también podrías no serlo.

Podrías ser la expresión más honesta de vos mismo (lanzo cuando escucho “la mejor versión de ti mismo" jeje). Una más real. Una más liviana. Más simple. Más divertida. Más plena. Para, para; más libre.

Pero claro, eso requiere algo que muchos esquivan: movimiento.

Si no te gusta tu cuerpo: entrená. Te diría que muevas el culo, pero no me van las expresiones vulgares y ordinarias. No puedo caer tan bajo, como ese glúteo que no conoció una sentadilla y lleva años sentado en las excusas de quien lo porta.

Si estás incómodo en tu casa: mudate.

Si te pesa tu trabajo: renunciá.

Si vivís mirando el dólar: creá valor.

Si no te gusta tu pareja: andate.

Si no te gusta tu vida: cambiala.

Pero no sigas llorando desde el sofá.

No sigas filosofando en voz alta con la birra caliente en la mano.

Y sobre todo: no sigas vendiéndote el cuento de que no podés.

Porque sí podés.

Lo que no podés es no hacer nada y esperar que algo cambie.

Eso no es espiritualidad.

Eso es pereza con incienso.

Como te diré una cosa:

No sos un árbol. No tenés raíces. Si no te gusta donde estás, movete.

No digo que sea fácil.

Acaso, ¿es fácil vivir estancado sin accionar?

Digo que es posible.

Y que si no te moves vos, nadie lo hará por ti.

Por eso, si estás leyendo esto y algo dentro tuyo se te aprieta, se te activa, se te calienta…

Escúchalo.

No es casual.

Es causal.

Si fueras mi cliente, te diría esto;

No hay sesión más transformadora que la que te saca del lugar de donde venís girando en falso y rumiando hace años.

Y si querés empezar a moverte, a hablar lo que callas, a poner luz donde ya no te bancás la sombra, empezamos por acá;

Nos vemos del otro lado del espejo.

Bohurak,

Humano real