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Javier querido, espero la veas.
He aquí lo que tu entorno jamás te dirá.
Arranco con esto:
Yo no quería que mis hijos crecieran en un país gobernado por el peronismo. No me va el peronismo (evita Perón) y no por ideología, sino por resultados. Punto.
70 años de peronismo se llevarían puesto a Alemania, EEUU y Japón juntos.
Y la Venezualización – sentada en el petróleo del mundo, la actual decadencia de Venezuela no fue de un día para otro, fue un proceso… – de Argentina si ganaba Ventajita, era un hecho.
Hoy nos volvemos de España por otras y varias razones que hacen a que sea la decisión más acertada.
Pero que vos seas el presidente de Argentina, desde el día uno, me generó Fe e Ilusión.
Javier de mi corazón,
En el mismo momento en que alguno de mis amigos me enrostran el chanchullo de Libra (letra y música del Jefe, ya abordaré el tema de tu hermana), el NO acuerdo con el PRO en la Ciudad – ameritaban milanesas con Mauricio y tus dos laderos y entre bocado y bocado con verdades crudas, había que cerrar, le guste a quien le guste, el acuerdo en la ciudad.
El amarillismo puro que llevó a Alverso a la presidencia, es hoy a la falta de milanesas y diálogo entre LLA y el PRO, cabezudos todos con miradas limitaditas y egoístas que parten y fraccionan el voto en la ciudad.
Que esté sobre el tapete el sacrilegio de entregársela al peronismo – error imperdonable que no nos podemos permitir – y a pesar de todo ese abanico de críticas, el solo hecho de imaginar lo que sería mi amado país con Massa, en ese preciso instante, en mí solo brota la gratitud hacia vos.
Incluso y a pesar de la manera en que barriste a Marra (letra y música del jefe, una vez más), el modo en que fulminaron a una Señora (con S mayúscula) como Diana Mondino, tu escasa apertura a escuchar una opinión diferente, te sigo bancando. Vuelvo a imaginar a Massa presidente, y ahora mismo y a pesar de todo, me brota la gratitud una vez más.
Porque por más ruido que haya, el que está ahí sos vos y no uno de los malandrines de turno.
Porque por más que se equivoquen o te rodeen de cosas que no me cierran, el solo hecho de que no esté gobernando Ventajita y toda esa rufianada detrás, ya me deja dormir mejor.
Y eso vale.
Pero déjame contarte algo que me quedó atragantado hace años.
Mira.
Año 2013 y aún faltando extensos dos hasta 2015, sobremesa familiar y con más de 20 personas. Pido la palabra. Silencio. Y suelto la bomba:
“Tomen nota, el próximo presidente de Argentina va a ser Mauricio Macri”.
Se rieron. Carcajada grupal. “¡Qué iluso!” me dijeron.
Y sí, los entiendo porque el compañero Lancha estaba primero en las encuestas, Massa venía inflado, Lavagna por ahí flotaba… Mauricio Macri cuarto cómodo, último y sin estructura nacional.
Pero yo tenía una certeza.
No sé si era olfato, intuición florecida o una nítida y afilada sensibilidad respecto a lo que reclama el pulso de la sociedad, pero yo tenía esa convicción contra todo pronóstico.
También veía la gestión porteña (luego desde dentro) y en cómo la Ciudad se transformaba. Y finalmente pasó.
Y cuando ganó, antes de asumir, en otra sobremesa dije:
“Debería poner un jefe de gabinete peronista. Uno moderado. Lo más presentable de lo poquito que tienen como representable, que le ofrezca a Urtubey y si dice que no, a Pichetto (versión 2015, no ese coso que vemos hoy).
Me volvieron a saltar a la yugular. Y expuse mi tesis;
"No estamos para dogmas amarillistas ni rigideces partidarias, es un momento clave para empezar a suturar las heridas del país incluso sin disfrazarlo de unidad”. O que no vuelvan más, si acaso es lo mismo.
¿Y sabés qué hizo? Nada. PRO puro. Amarillismo soberbio y dogmático hasta cuatro años después, cuando se le escapaba la reelección, ahí sí… manotazo de ahogado, y le ofrece la vicepresidencia primero a Urtubey y luego a Pichetto.
Tarde, Mauricio.
Llegaste con un delay de cuatro años a lo que en una sobremesa el criterio y la intuición me utilizaban como canal para expresarse.
Puedo decir que puse mi 100% para que seas Presidente, Mauricio querido. Desde ser fiscal general en el conurbano mas profundo en cada elección y defendiendo cada voto ante cada bebote que con su presencia pensaba, “me linchan a la salida” (no me iba de esa escuela hasta que no veía el camión de correo partir) hasta renunciar a ganar varias veces más en el sector privado por estar en la función pública.
Y volvieron.
Cuatro años más de agonía, decadencia, bla bla bla...
Mira.
Javier de mi corazón, te diré una cosa;
No repitas el error de Mauricio.
Porque ya escuchamos la frase:
“Marcos Peña y Lopetegui son mis ojos y mi inteligencia”.
Y el país pagó caro luego las consecuencias de ese círculo cerrado.
Ojo eh, si fuese Mauricio lo entendería. No soy tan tan boludo. Un poco, pero algo de empatía hay.
Le hizo ganar 8 elecciones. Pero de ser un cerebro electoral a bajarles línea de lo que tenían que decir y decidir antes de reuniones claves al colosal Federico Sturzenegger o a Alfonso Prat Gay, hay un abismo y en gran parte con una victoria de un bobo (o bobe, hay para todos los gustos) como Alverso en el medio.
Marquitos Peña, mi alma, mi ciela... siendo los ojos y la inteligencia de las riendas de un país.
Y acá va mi observación, Javier querido.
Vos le dedicaste la victoria a Caputito. Perfecto.
Yo te pido: no te obnubiles.
No te encandiles con la brillantez técnica o electoral de un tipo.
No conozco a Santiago Caputo. Seguramente, una mente brillante. Pero ya tuvimos el Caputito de turno con un Macri obnubilado con él.
Y Javier, está expuesto a la luz del día que tus ojos y tu inteligencia son tu hermana y Caputito.
Y yo te lo digo con todo el amor y la esperanza que te tengo:
Eso no alcanza.
Y esto no te gustará leer, pero aquí va, por amor al país y sin obsecuencia;
Yo no te voté para que nos ensoquetes a tu hermana y que la voz de ella o Caputito tengan tanta influencia y peso y voz y voto y toma de decisión en vos.
Si ellos son tus ojos y tu inteligencia, entonces llegó la hora de que al menos, se muestren. Y expongan.
Porque si los argentinos ("de bien" Javier dixit) te votamos a vos y nos ensoquetaste a ellos y para que te volvamos a elegir, conocerles un gesto, una declaración en vivo, una cosa. Algo. Eso sería un prudente y acertado primer paso.
Y si ellos van a gobernar con vos, si ellos van a tomar decisiones por vos y para unas próximas urnas, entonces tenemos que escucharlos. Vibrarlos.
Yo no le conozco la voz a tu hermana.
¡Ni la voz!
Si va a ser una figura central, entonces que hable, que vibre, que dé la cara.
Lo mismo Caputito. No alcanza con que aparezca con un cigarrillo en la boca con cara de reo emulando ser un Peaky Blinders o ubicando a Manes. Queremos vibrarlo, escuchar su pensamiento, su sentir, su criterio para luego verlo proponer y decidir.
Si fueras mi cliente te diría esto;
No te encierres. No te ciegues. No te obnubiles con la brillantez de alguien. Y que tu anteojera y visión se abra a más de dos miradas para que el triángulo de hierro mute como mínimo, a hexágono. Porque no hay margen para volver al pasado.
Y por favor… por favor…
Moraleja;
No se gobierna un país con dos personas, por más brillantes que sean. Se gobierna también con lúcida apertura y con humilde coraje (coraje = corazón en el eje) para dejar entrar otras voces. Estar abierto a escuchar al que piensa diferente. Ser libertario también aplica a la opinión disidente.
Te recuerdo esta joyita de la libertad de expresión en boca de Voltaire: "No estoy de acuerdo en lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo".
No te des el lujo de carecer de otras miradas. Libres de dogma e intereses partidarios o personales. Aquí tienes la mía a disposición.
Y para finalizar… va aquí mi actual certeza y convicción:
Yo en vos, Javier, veo al político con menos ego que ha pisado la historia reciente de nuestro país.
Y aunque tus modos, tu histrionismo o tus formas puedan confundir, si te rascan apenas un poquito… mi intuición me dice que sos un tipo que vibra amor.
Sí, que vibra en amor.
Y alguien que no tiene esa frecuencia no puede conectar con los perros como conectás vos.
Tu sensibilidad con ellos, tu fidelidad, habla más de vos que cuando soltás un “estos zurdos de mierda”. A los que se escandalizan (no los vi escandalizarses con la pobreza o los bolsos con millones de dólares lanzados al convento) me pregunto cómo quisieran que los llame; ¿compañeres confundides?
Y es por eso que también creo que, más temprano que tarde, la política como la conocemos… va a caer.
Porque ese viejo formato de “gobernantes y gobernados” ya no vibra. Atrasa.
Es antiguo, Obsoleto.
Lo vi claro un día detenido en un semáforo en mi querida Llavaneres en época de elecciones.
Las caritas de los candidatos en los carteles… mis almas con frases tipo “Ahora es el momento”, “Hay que hacerlo mejor”, “Gestión para todos”.
Y yo pensaba: ¿estos me van a gobernar a mí?
No, hermano. Eso ya fue.
La política tradicional —como la religión estructurada— fue un sistema útil para otra frecuencia.
Es un vetusto sistema que finalmente caerá.
Porque fue creado desde una energía y visión de polos (izquierda, derecha) desde el control, desde la separación.
Como si la inflación o la decadencia fueran de izquierda o derecha, je.
Y lo que viene, no es eso.
Atento. Atenta. Atente.
Lo que viene es Unidad. La 5D es unidad.
Lo que vendrá - ya profundizaré en próximos posteos- caída la política como tal, será elegir proyectos que nos trasciendan, que vibren alto, que no dependan de una sola figura mesiánica.
Proyecto A: con estos impuestos se hará esto, esto y esto.
Proyecto B: tal otra cosa.
Y así. Con transparencia, sin etiquetas. Sin personalismos. Sin ismos.
Vos tenés la chance de ser uno de los últimos políticos antes de que caiga la política.
Y eso no es una crítica.
Es un honor.
Que tengas un gran día.
Abrazo de gol de Montiel en la final.
Bohurak